En primer lugar, excepto para profesionales de la cría de animales y perras con determinados problemas de comportamiento, desde la clínica veterinaria Albet, recomendamos esterilizar a su mascota con el fin de evitar las molestias del celo (sangrado vaginal, cambios de comportamiento y el riesgo que la perra se escape de casa), las gestaciones indeseadas, la sobrepoblación y los abandonos. A su vez, evitaremos los embarazos psicológicos (que se pueden complicar clínicamente) y reduciremos el riesgo de sufrir tumores de mama, infecciones de matriz y quistes ováricos.
Ahora bien, si su perra está preñada, debe conocer el proceso para que la gestación, el parto y la lactación se lleven a cabo con normalidad.
Para confirmar que la perra está gestante, hay que realizar una ecografía pasados 21 - 25 días de la última monta (momento en el que las vesículas amnióticas se hacen visibles). La ecografía también será la técnica utilizada para las revisiones periódicas con el fin de valorar la viabilidad y medidas de los cachorros, el estado del aparato genital de la madre y estimar una fecha aproximada del parto.
A partir del día 45, recomendamos realizar una radiografía abdominal para determinar cuántos fetos hay (con la ecografía nos haremos una idea, pero la radiografía es más exacta). No realizaremos la radiografía antes ya que no se habrán mineralizado los huesos de los cachorros. Es muy importante conocer el número exacto de cachorros ya que debemos saber cuándo acaba el parto.
Para el diagnóstico de la gestación, también existen tests hormonales, como el de detección de relaxina. Esta hormona se detecta a partir del día 20 - 25 de gestación. Es un test fiable pero no nos permite un diagnóstico precoz, ni tampoco nos muestra el estado de los fetos, de manera que solamente se realiza en situaciones determinadas.
El número de cachorros depende mayoritariamente del tamaño de la perra. Las razas toy, suelen tener camadas de 1 – 4 cachorros, mientras que las razas grandes pueden tener camadas de 8 – 10 cachorros (en algunos casos incluso más).
La duración de la gestación es de unos 63 días. Calcular la fecha exacta del parto es muy difícil. El parto se puede dar de los 55 a los 72 días después de la monta, siendo el más probable entre el día 63 y 65.
La madre sufrirá una serie de cambios físicos muy claros. Conforme los fetos crezcan, el abdomen de la perra irá aumentando de tamaño. A partir de los 40 – 45 días de gestación, podemos incluso palparlos. Algunas perras, a partir del día 40-45 pueden tener pérdidas por la vulva, de un líquido mucoso transparente. A partir del día 30 - 35, también veremos un crecimiento del tamaño de las mamas.
A partir del día 54, la perra empieza a producir leche y la vulva se vuelve edematosa (inflamada). A partir de este momento habría que medir la temperatura rectal de la perra. Debemos conocer la temperatura normal de nuestra perra y así valorar cuando empieza a bajar. Unas 10 - 24 horas antes del parto, la temperatura baja hasta 37ºC (o incluso menos, en razas pequeñas) ya que la progesterona (hormona que se encarga de mantener la gestación) es termogénica: Cuando esta hormona disminuye (horas previas al parto) también lo hace la temperatura corporal.
El comportamiento de la perra durante estos días también cambia: prepara el nido, puede estar más intranquila o nerviosa e incluso el último día puede no querer comer nada.
En el momento del parto, aparecen las contracciones (la perra se puede alterar y empezar a temblar) y una descarga vaginal. Al principio se trata de un flujo claro, seguido de un flujo verde pálido y finalmente, verde oscuro. Esto indica que la placenta se ha desprendido y los cachorros no tardaran en salir.
La alimentación de las perras preñadas
Durante la gestación, es de vital importancia la alimentación que reciba la madre ya que a partir del último tercio de la gestación y la lactación, sus necesidades energéticas aumentaran, pero a la vez, la perra irá perdiendo el apetito y puede tener digestiones complicadas.
A partir de la 6ª semana de gestación debemos introducir de forma progresiva un pienso especialmente indicado para esta situación. A partir de este momento, las necesidades energéticas aumentan en un 10% cada semana.
Durante la lactancia, las necesidades son máximas (entre dos y cuatro veces más grandes) y muchas madres siguen con el apetito reducido. Se sabe que la tercera semana de lactación, la demanda energética de la madre es la misma que si ésta corriera 60 km diarios. Por lo contrario, un cambio de alimentación antes de tiempo, con un pienso inadecuado o una ración más grande de la necesaria, puede provocar el aumento de peso de la madre y problemas en el parto.
Desde la clínica veterinaria Albet, le recordamos que estamos a su disposición para cualquier duda o imprevisto que se puedan dar a lo largo del proceso de gestación de su mascota.